colas japonesas (I)

 los japoneses son extremadamente ordenados y respetuosos. por eso, les encantan las colas, para todo:

*para esperar el metro (nótesen las dos principales aficiones de los japoneses para el metro: el móvil y leer)

*para esperar el bus (nótesen las líneas marcadas en el suelo para indicar dónde se debe hacer la cola, y cómo nadie se sale de ellas)

*para subir y bajar escaleras mecánicas (nótesen dos aspectos importantes: cómo la gente efectivamente se coloca a un lado para dejar pasar, y cómo además lo hacen a la izquierda, que es por donde conducen)

*para recorrer la ciudad (fernán me dijo que era un grupo turístico pero yo no lo ví muy convencido)

según (el flipado de) fernán, todo forma parte de la teoría de la optimización social: millones de reglas explícitas o implícitas para no afectar para nada la libertad individual de cada uno, para nunca faltar al respeto, para no invadir los espacios personales, para seguir siempre la máxima de "mi libertad termina cuando empieza la tuya".

yo lo veo más como el pragmatismo llevado al extremo: a mí me supone un pequeñísimo esfuerzo el respetarte, y con ello te genero un beneficio relativamente grande.


de todas formas, esta es la primera entrada de colas.....en la próxima veremos qué sucede con otro tipo de colas japonesas ;)

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movimiento en las calles de tokyo

tokyo es una ciudad inquieta, no deja de moverse. las 24 horas del día, una de esas ciudades que nunca duermen (cada vez parece que hay más de estas, no?). siempre hay gente en las calles, y en según qué horas del día es difícil abrirse camino...

llena de arterias mecánicas a toda velocidad que nutren cada uno de los órganos vitales de la urbe.

sin embargo, entre todo el bullicio contemporáneo, sólo de vez en cuando y sin un motivo aparente, aparece un retazo de lo tradicional que busca su camino entre la maraña de hormigas post modernistas, sin prisa, sin agobios, sin preocupaciones y sin dejarse absorber por lo frenético....

por cierto, estoy contenta porque fernán cada vez me trata con más tacto y más cariño :)

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sushi en estado puro...comiéndose peces vivos

mi amiga la cámara del iPhone 4 me ha enseñado hoy el vídeo que grabó el fin de semana pasado. aunque ella no me llega ni a la altura de los zapatos en cuanto a óptica, funcionalidades y, a fin de cuentas, clase, la verdad es que no puedo negar que le ha quedado un vídeo chulo.

según me ha contado, como premio a hacerle de guía todo el día todos los días, fernán la llevó a un restaurante japonés que tenía una pecera gigante al fondo. cuando los clientes pedían ciertos platos, el cocinero cogía una red de pescar y cazaba uno de los peces de la pecera. luego, lo colocaba en una bandeja y le cortaba la parte desde la cabeza hasta la cola, dejando el corazón y los pulmones intactos.

finalmente lo engarzaba en un palillo y lo servía. durante unos 15 minutos el pez seguía vivo intentando respirar, mientras los comensales se comían los cachitos de su cuerpo, que son los que aparecen al lado del pez en el vídeo.




tela marinera, nunca mejor dicho.



(C) las voces en off son de anna bellart y salva roig.

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los curiosos electrodomésticos japoneses

las casas japonesas están llenas de un extraño instrumental cuyas funciones no acaban de estar del todo claras para alguien como yo. fernán a veces me mira con cara de "déjalo en mis manos", pero luego cuando me despisto le veo preguntar a alguien sobre cómo funcionan...

así que, aunque tenga que preguntar primero treinta veces, aunque tenga que probar todos los botones, aunque haya tenido que hacerse un nescafé con el grill del microondas...no mostrará su desconocimiento delante mío.

mira que les gusta a los hombres saber de todo, de verdad...

especialmente de aquello que tiene enchufes, cables, pantallas, botones y demás.

yo creo que él se cree que no me doy cuenta de lo perdido que está, pero a mí a veces también me interesa hacerme la tonta, me lo paso realmente bien...

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nacimiento

no me acuerdo muy bien de lo que pasó anoche, pero el caso es que hoy he amanecido al lado de un tal fernán, melenudo barbudo él, en un lugar totalmente nuevo para mí. según me ha contado al oído, este lugar se llama tokyo y está en uno de los extremos del mundo: japón. no sé muy bien a lo que se refiere con eso de extremo del mundo, pero me ha tranquilizado diciendo que ya lo iré aprendiendo poco a poco.
 

me gusta que me den tranquilidad.

de momento, lo único que sé es que en este lugar hay muchas luces de todos los colores, símbolos extraños e incomprensibles, y gente corriendo de un lado para otro como hormiguitas dentro de un perfecto orden milimétrico. desde luego, no se parece en nada a lo que estoy acostumbrada.

por cierto, me llamo nikon...y soy mujer.

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