pero además de ciervos, nara tiene templos (también declarados como patrimonio de la humanidad por la unesco). aunque a veces exagera un poco, y aunque yo muchas veces piense que la exageración viene de serie en la mayoría de los hombres; fernán dice que una vez que has visto un templo japonés los has visto todos.
yo simplemente le repito que no es así, que cada templo tiene sus momentos, sus rincones, sus luces y sus sombras que lo hacen único. y los de nara, enclavados en medio de un bosque cerrado, laberíntico, alternando el budismo con el sintoísmo, lo pequeño con lo grande, lo transitado con lo desierto....son simplemente espectaculares. quizá no los templos en sí, que puede que sean inferiores a los de kyoto, pero desde luego el entorno de nara es impresionante.
y, como alguna que otra vez, en ese entorno aparece un fogonazo de inocencia que nos deja a todos sin aliento.