hace unas semanas fernán me llevó con unos colegas moteros (milgracias a adrián senpai y los lolita riders) por la zona de los alpes japoneses. hacía un día maravilloso, de esos que te permiten distinguir decenas de tonalidades en los verdes de las montañas. buena temperatura, buenas vibraciones. la ruta elegida fue esta...aunque la verdad es que nosotros simplemente nos dejamos llevar por los maestros de ceremonias.
el objetivo era llegar a un haikyo (廃虚) perdido entre la carretera 299 y la 210. haikyo significa ruinas en japonés, y básicamente son casas, fábricas, hoteles o cualquier tipo de construcción abandonada. podría parecer curioso y sorprendente, dado el esmero y el perfeccionismo pleno que suele caracterizar al pueblo japonés, pero lo cierto es que abundan en japón. y los japoneses cuando abandonan algo lo abandonan a su suerte, como si hubiesen huido y ni siquiera hubieran tenido tiempo de recoger los bártulos.
el exterior del haikyo mostraba destellos de tiempos que sin duda fueron mejores, pero parecía que ya a nadie le importaba. tras un tiempo por allí, llegamos a la conclusión de que era una fábrica abandonada, probablemente de algún tipo de mineral.
pero lo más impresionante era el interior. acoscumbrada como estoy al minimalismo japonés, a la decoración casi inexistente pero al cuidado máximo de los detalles, aquello me impactó bastante ya que las maderas parecían luchar por encontrar su sitio y la luz se metía por donde buenamente podía. y claro, en un lugar así no queda otra alternativa que aprovechar y disfrutar fotografiando.
y luego llegaron los objetos. objetos que alguna vez tuvieron vida, sonrieron y quizá hasta fueron capaces de generar algún sentimiento...pero que ahora estaban inertes, vacíos, y ni siquiera prestaban atención a lo que sucedía a su alrededor. habían perdido el alma. teléfonos que ya nunca más volverían a sonar, peluches que nunca volverían a ser abrazados, patines que nunca volverían a deslizarse sobre el hielo mientras su dueño intentaba a duras penas mantener el equilibro...
todo estaba tal cual lo habían dejado, sin recoger nada, sin colocar nada, sin limpiar nada. incluso había esponjas carcomidas en el ofuro y botellas de gel vacías. a mí, que para eso tengo ojo fotográfico, me recordó a la escena inicial de el viaje de chihiro, cuando la familia llega al pueblo abandonado....pues parecido :)
tras esta increíble experiencia, que culminó con una tremenda fogata en la acampada por la noche que os enseñaremos más adelante, continuamos la marcha hacia el norte, concretamente hacia kusatsu (草津), zona de ski y onsen. y subimos a la montaña de kusatsu-shirane (草津白根山)...subida que es imposible transcribir aquí porque lo importante es el olor: al lado de la carretera hay zonas con emanaciones de azufre, y salen vapores de la tierra. huele a huevo podrido.
y arriba del todo está el lago...bueno, mejor dicho, los lagos. un impresionante lago de azufre cuyo azul inclasificable destaca entre el azul del cielo y el blanco de la nieve; y un precioso lago completamente helado que recibía (mejor dicho despedía) a los telesillas de la estación de ski.
en fin, que una pasada de ruta...milgracias una vez más a los maestros que nos descubrieron estos secretos de japón :)
por cierto, la próxima semana os contamos cómo seguimos con la campaña sindelicadeza
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el objetivo era llegar a un haikyo (廃虚) perdido entre la carretera 299 y la 210. haikyo significa ruinas en japonés, y básicamente son casas, fábricas, hoteles o cualquier tipo de construcción abandonada. podría parecer curioso y sorprendente, dado el esmero y el perfeccionismo pleno que suele caracterizar al pueblo japonés, pero lo cierto es que abundan en japón. y los japoneses cuando abandonan algo lo abandonan a su suerte, como si hubiesen huido y ni siquiera hubieran tenido tiempo de recoger los bártulos.
el exterior del haikyo mostraba destellos de tiempos que sin duda fueron mejores, pero parecía que ya a nadie le importaba. tras un tiempo por allí, llegamos a la conclusión de que era una fábrica abandonada, probablemente de algún tipo de mineral.
pero lo más impresionante era el interior. acoscumbrada como estoy al minimalismo japonés, a la decoración casi inexistente pero al cuidado máximo de los detalles, aquello me impactó bastante ya que las maderas parecían luchar por encontrar su sitio y la luz se metía por donde buenamente podía. y claro, en un lugar así no queda otra alternativa que aprovechar y disfrutar fotografiando.
y luego llegaron los objetos. objetos que alguna vez tuvieron vida, sonrieron y quizá hasta fueron capaces de generar algún sentimiento...pero que ahora estaban inertes, vacíos, y ni siquiera prestaban atención a lo que sucedía a su alrededor. habían perdido el alma. teléfonos que ya nunca más volverían a sonar, peluches que nunca volverían a ser abrazados, patines que nunca volverían a deslizarse sobre el hielo mientras su dueño intentaba a duras penas mantener el equilibro...
todo estaba tal cual lo habían dejado, sin recoger nada, sin colocar nada, sin limpiar nada. incluso había esponjas carcomidas en el ofuro y botellas de gel vacías. a mí, que para eso tengo ojo fotográfico, me recordó a la escena inicial de el viaje de chihiro, cuando la familia llega al pueblo abandonado....pues parecido :)
tras esta increíble experiencia, que culminó con una tremenda fogata en la acampada por la noche que os enseñaremos más adelante, continuamos la marcha hacia el norte, concretamente hacia kusatsu (草津), zona de ski y onsen. y subimos a la montaña de kusatsu-shirane (草津白根山)...subida que es imposible transcribir aquí porque lo importante es el olor: al lado de la carretera hay zonas con emanaciones de azufre, y salen vapores de la tierra. huele a huevo podrido.
y arriba del todo está el lago...bueno, mejor dicho, los lagos. un impresionante lago de azufre cuyo azul inclasificable destaca entre el azul del cielo y el blanco de la nieve; y un precioso lago completamente helado que recibía (mejor dicho despedía) a los telesillas de la estación de ski.
en fin, que una pasada de ruta...milgracias una vez más a los maestros que nos descubrieron estos secretos de japón :)
por cierto, la próxima semana os contamos cómo seguimos con la campaña sindelicadeza