la siguiente fase del trayecto transcurrió entre chiba y hitachi, en la zona del pueblo de oarai. aunque íbamos sin destino fijo, sabíamos que había que ir para el norte, que había que acercarse a la central...hasta donde se pudiese llegar. cosas como estas pasan sólo una vez en la vida (ojalá) y las personas curiosas saben perfectamente que ante situaciones así no es fácil oponer resistencia y el gusanillo te hace acercarte a ver cuanto más cerca mejor.
sin embargo, en esta parte del viaje, aún por la mañana, pudimos comprobar que no todo el noreste de japón estaba devastado, como nos querían hacer creer algunas fuentes, sino que había zonas con daños mínimos o casi intactas. techos dañados, vallas caídas, y alguna que otra casa con los cristales reventados. pero la gran mayoría de edificios estaban perfectamente. incluso la playa apenas parecía haber recibido un tsunami recientemente.
así que según íbamos avanzando por esta zona nos íbamos relajando y pensando que quizá tampoco había sido para tanto, que igual en unas pocas semanas o meses japón estaría totalmente recuperado. la verdad es que incluso a fernán le ví en algún momento con una sonrisa de alivio.
íbamos avanzando por donde podíamos, porque sí que había algunas carreteras cortadas. pero la cosa no presentaba mayores complicaciones. no había mucho tráfico y casi todo era en sentido norte, como si familiares, periodistas, autoridades o curiosos tuvieran la necesidad de acercarse a la zona más afectada. bastantes vehículos militares. y alguna que otra grieta que nos tocó sortear...
y en este estado de semi letargo y despreocupación andábamos cuando, sin apenas darnos cuenta, llegamos a la provincia de hitachi...y allí el decorado cambió de repente, como si se tratase de un cambio de acto en el teatro, y la sonrisa de la cara se nos quitó de un plumazo.....
pero eso os lo contamos mañana.
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